Translation into Spanish (using gender-neutral language) of three poems under the title Dreampoems, which appear in Playing the Octopus, by Mary O’Malley.
I El sueño otra vez, ese espacio real la pintura descascarándose de las paredes viejas paredes que vieron a Mallarmé pasar caminando junto a Rimbaud y Verlaine y que sabían lo suficiente acerca de la muerte y los sueños, su visión distorsionada todavía insistiendo en acomodar la azul bufanda de la noche a su manera —el rostro de ese hombre reflejado en un espejo medio curvo junto a la entrada, aquí, en este sitio, representa una invasión—. Podría ser la muerte de él que nos devela su lado más auténtico. Podría no ser nada.
II Nadie descubrirá quién soy a partir de lo que he escrito. Hubo un obstáculo. No tenía libertad como para contar las historias con desenlace, principio, nudo y, a decir verdad, dichas partes no me interesaban. Entre una cosa y la otra, la verdad brilla en las pozas de marea. Se precipita sobre la arena y escarba con sus garras interminables. Atrapé algunos tesoros con la red, un par de cangrejos, una langosta. Aprendí a manipular estos seres con cuidado con mis rugosos guantes de asbesto. Algunas veces tengo suerte nace una criatura y la verdad se puede tocar sin riesgo tan fresca como los hongos de verano.
III Mirá, dijo él, los sueños son sueños, no son reales. Una silla, una mesa, una habitación, todo eso se puede tocar. Ella piensa que las habitaciones mutan y se vuelven más pequeñas a medida que nos hacemos más grandes, y si esto va demasiado lejos las cosas se invierten, y lo que no se puede contener, se encoge. Así es como un niño, ya crecido, ahora tiene el tamaño de un dedo gordo. Elles saben que se encogió. Lo esperan en la estación. Adonde su padre, con gran alboroto y mucha dificultad, va a buscarles. Él no está allí. Ella lo busca entre los revestimientos de madera, pero no puede encontrarlo. Este niño que está grabado en su sangre vive dentro de su cabeza y, en alguna parte, a propósito o no, ahora se volvió invisible, está perdido, inalcanzable, y, con torpeza, mediante palabras o señas, ella intenta decirle a su padre que él aún no está aquí porque se encogió, y que esto no es su culpa ni la de ella ni es a propósito; que por favor espere, pero que no podrá comunicarse. Los sueños son pesadillas, reales o no.
© 2021 | Copyright Notice: This translated version of the poems (all rights reserved to Victoria Principi) has been published on Homing Words site with the permission of Carcanet Press, Manchester, UK.